Yo, matemático

He amado desde hace mucho tiempo a las matemáticas. Siempre han estado presentes susurrando en mi oído aquellos mensajes que se convierten en destellos luminosos en lo profundo de mi ser. Y como cualquier persona apasionada de tal área del saber humano, he aquí que constantemente viene a mi mente lo mucho que se desconoce de  ellas; tan incomprendidas como odiadas, más aún, sumamente temidas por muchos.

Sin lugar a dudas las matemáticas forma parte de la base del progreso y desarrollo humano. No importa el oficio o profesión que una persona tenga, las matemáticas se hacen presentes. Ya sea un vendedor sumando y contando las ganancias del día, un cajero cobrando diversos artículos, un ingeniero diseñando un sistema de suministro de energía renovable, un cocinero calculando la cantidad de ingredientes para el banquete de la fiesta, un investigador analizando los datos de su experimento o un matemático creando un modelo para predecir el comportamiento de la bolsa de valores; no cabe duda que todos por igual necesitan y hacen uso en distintos niveles de las matemáticas.

Igualmente cuando tal vez viene a la mente aquellas grandes estructuras como las pirámides, la muralla china u otros prodigios del ingenio humano; nos queda claro como las matemáticas han dado forma a la historia y cultura de la humanidad. 

Uno de los mitos que más se difunden entre la población corresponde a la idea de que las matemáticas son simplemente un mecanismo o una herramienta con la cual de manera fría se pueden hacer cálculos, obtener números y concluir sin más una verdad que puede juzgarse como absoluta. Bada bing bada bang. Y como pocos se atreven a profundizar en tales conocimientos, la verdadera naturaleza de estas queda oculta ante la mirada de muchos.

¿Qué son realmente las matemáticas?

Una forma sencilla de explicar su naturaleza sería esta: las matemáticas son un lenguaje creado por el ser humano, con el fin de representar toda la complejidad del universo en símbolos y relaciones que bien podemos escribir en una hoja de papel o en un archivo digital, pudiendo encontrar toda clase de maravillas que sería muy complicado observar de otra forma. 

¿Qué significa esto?

Que gracias a las matemáticas es posible estudiar diversos patrones naturales y artificiales, analizar miles de datos, reconocer relaciones escondidas, predecir tendencias, controlar procesos y un sin fin más de posibilidades. Es ver el universo mismo en la palma de la mano; pasado,  presente y futuro...o casi. No por nada hace muchos años se creía que los matemáticos eran una especie de adivinos o hechiceros que mediante su poder mágico podían lograr hazañas nada naturales.

Eso representa el poder de las matemáticas. Por eso son tan fascinantes, tan indispensables en el mundo moderno.

Otra idea muy común para muchas personas  consiste en ver a los matemáticos como seres extraños que hacen muchos garabatos que no tienen mucha utilidad y que básicamente se dedican a ser investigadores de cosas que nadie entiende.  Ahhhh, y si no se dedican a investigar entonces se dedican a enseñarlas haciendo sufrir a muchos en el proceso con formulas muy complicadas que jamás en su vida utilizarán.

Sin embargo lo anterior no podría estar más equivocado; como ya mencione todos en mayor o menor medida dependemos todos los días de las matemáticas. Los grandes descubrimientos de la ciencia se logran con las matemáticas. Avances tecnológicos de la actualidad hacen uso de teoremas e investigaciones matemáticas incluso de varios siglos atrás. Y podría seguir mencionando un etc, etc,  cada vez mayor de diversas razones del porque las matemáticas son parte primaria del tejido social de la civilización humana.

¿Entonces, qué hace realmente un matemático?

Simplemente es un experto en tales lenguajes, de manera que logra representar toda la complejidad de nuestro universo con modelos matemáticos con los cuales pretende alcanzar algún fin. Por eso los matemáticos se encuentran en todas partes: hay matemáticos trabajando con las finanzas de las empresas, matemáticos calculando riesgos de operación de una fabrica, matemáticos planificando y optimizando la estrategia de expansión corporativa de empresas, matemáticos en hospitales analizando datos para ayudar a médicos y administrativos a tomar mejores decisiones, matemáticos analizando tendencias del mercado para anticipar comportamientos de consumidores, matemáticos desarrollando nuevos modelos para explicar diversos fenómenos naturales, matemáticos apoyando en el desarrollo de nuevos fármacos mucho más efectivos,  matemáticos diseñando algoritmos que permitan mejorar el funcionamiento de diversos programas informáticos,  matemáticos investigando comportamientos anómalos en diversos sistemas para poder identificar problemas antes que ocurran; y podría seguir enumerando más y más actividades que hoy en día los matemáticos realizan.

Entonces como se puede notar, un matemático es además una persona que básicamente estudia el orden del universo y gracias al conocimiento obtenido de dicho estudio, puede resolver problemas que en el ocurren.

VAYA QUE ESO SUENA MUY COMPLEJO

Y lo es, por eso los matemáticos requieren de otras características que comúnmente se cree no poseen, como lo es la creatividad. No solo un matemático debe ser formal, riguroso y muy cuidadoso con los procedimientos que realiza; también debe poseer una gran imaginación y pensamiento divergente. Debe poder ver las cosas desde otro angulo, desde otros muchos ángulos, tener ideas que a nadie más les vendrían a la cabeza. Y esto dado a que para resolver problemas no basta con perspectivas ya preconcebidas que otros impusieron, es necesario poder imaginar y comenzar a escribir esa nueva música que logran escuchar.

¡EUREKA!

Yo, matemático; que hago uso de lenguajes formales y conocimientos científicos de distintas disciplinas para entender, caracterizar, analizar, modelar y ver el futuro del universo mismo. Una actividad que siempre representa nuevos desafíos de un mundo en constante evolución; visto con una mirada llena de asombro y curiosidad, mientras extiendo los brazos tratando de alcanzar aunque sea rozando con los dedos al infinito.

See you later!