Poema inspirado en la erupción acontecida en el volcán Calbuco
ubicado a casi 1000 kilometros al sur de Santiago de Chile el día
22 de Abril del 2015, día internacional de la Tierra.
Entre la penumbra y el dominio de las sombras, tu corazón late impetuoso.
Sangre
férrica bombeada de un manantial continuo de vida.
Poco
a poco, discretamente, el firmamento lo anuncia.
El
cielo se ha de abrir portentoso.
Fuerza
primigenia de tu alma profunda.
Qué
tu pasión incandescente se eleve entre relámpagos,
celebrando
entre destellos eléctricos y un mar de fuego.
¡Desata
tu furia Gea!
Libera
tu elixir coagulante entre estelas de plasma, heridas y miradas
impávidas.
¡Arde,
arde, arde!
Esta
noche quedará registrada en la canción que recita el soñador.
Conmoción
fugaz, vivificadora.
Que
cante, que añore, que ría, que sus ojos se llenen de asombro.
Oración
enardecida en la estela que alumbra hasta otro día.